• Tengo una Pared
  • Porfolio
  • Contacto
  • Pilar Alonso
  • Política de cookies
  • Nota legal
  • Créditos web
Pilar Alonso

Te mando un beso con el viento

arrow_downward

Te mando un beso con el viento

 

dos caminos que se encuentran , un pueblo que camina, mirando al mar.

La propuesta parte de la posición geográfica del edificio y de su significado. El apeadero era el punto hasta donde llegaban los habitantes de la zona para viajar por una vía que no podía ser pisada, una línea que dividía la vida del pueblo en su quehacer diario y que los comunicaba con otros sitios.

Desde el apeadero el camino de viajar y el de la vida peatonal se bifurcaban. Visto desde arriba, la posición del edificio recuerda el zip de una cremallera que con la nueva vida de la vía del ferrocarril como vía verde, volviese a unirse. Convirtiéndose las dos patas de la cremallera, los dos caminos en una superficie transitada por los peatones.

Simboliza, por tanto el punto de unión,  de reencuentro del camino del mar y el  camino para viajar, ahora,  a otro ritmo distinto al pasado.

 

Al tener cuatro vistas el edificio se puede plasmar esa recuperación de la vía para el peatón y que  da continuidad al  pueblo. El mar y el viaje.

El elemento que va a unir metafóricamente esos dos conceptos es el viento. El viento de un pueblo que mira al mar. el viento que sube desde la orilla y que hacía viajar los besos en las despedidas del andén.

El viento estará presente en los versos de Pablo Neruda:»Te mando un beso con el viento y sé que sientes, te das la vuelta sin verme, pero yo estaré allí»,  escritos en la fachada que da a la vía verde y la rosa de los vientos que sopla en el mar,  en la fachada que da a la carretera de abajo.

 

 

Los besos que antes se lanzaban al aire en las despedidas como escribía Neruda y que ahora se lanzan virtualmente.

Pintura mural de Pilar Alonso en el apeadero de Chapela

No sólo estamos físicamente recorriendo la vía verde. Existirá también un viaje virtual, desde el apeadero,  en los selfies que envíen besos a la gente que no está y de la que te acuerdas. De esta forma la vía sigue viajando y refleja la realidad de nuestro momento: el estar físico y el virtual que conviven en una realidad aumentada. Superpuestos  los tiempos y los viajes.

Unimos pasado, presente y futuro del significado de viajar.

 

Y mientras el mar está más cerca y las fachadas del apeadero se convierten en un fondo marino por el que desfilan los peces que son símbolo de Chapela, los beretes, mezclados con los emoticonos de los besos.

La vía mira hacia el mar. Las vistas a la ría desde la vía nos hablan del lugar por el que caminamos y las fachadas del apeadero que dan al camino de abajo, nos cuentan cómo se vive ese mar en Chapela. Los remos de las traineras, deporte por excelencia de la zona, que se baten con el mar y sus sombras proyectadas sobre la superficie del agua que recuerdan  a las antiguas vías del tren por donde antes se viajaba de otra forma.

 

 

 

2023. Pilar Alonso
  • Tengo una Pared
  • Porfolio
  • Contacto
  • Nota legal
  • Política de cookies
  • Créditos web